martes, 16 de septiembre de 2014

Resistencia Zombie Perú / Capítulo 2 : La ciudad Sucumbe

Capítulo 2 – La ciudad sucumbe:







Tengo que estar en silencio, que no se enteren que hay alguien aquí, desde ayer escucho todo el día sirenas de patrulleros de policías cerca, en la radio dicen que hay gente saqueando tiendas y casas, en la TV muestran a la policía tratando de controlar a los revoltosos y son varios los invitados en TV que tratan de explicar cada uno con una teoría distinta lo que está sucediendo, hasta religiosos anuncian la llegada de Cristo y el juicio final con la resurrección de los muertos. Desde ayer en la noche que oí el disparo sabía que algo malo ocurría. Después del estruendo observé por la ventana que unos policías se llevaban a un par de saqueadores de plaza vea en el patrullero hacia el cuartel de barbadillo, donde está Fujimori preso, a unas cuadras de aquí. Según la radio local se trató de un disparo al aire para disipar a la masa congregada. No se reportan oficialmente algún caso de contagio; salvo especulaciones y gente en la radio que asegura ver muertos andando, no hay nada. Salió Humala invocando a la calma y todo eso que se acostumbra decir en época de crisis. Yo creo que no tarda mucho en establecer el toque de queda del que hablaban en la TV, así como en Europa, Colombia o el mismo Chile que acaban de reportar oficialmente el primer contagio en Santiago. Lástima, sé que no nos llevamos bien con el país sureño pero no le desearía el mal a nadie. Acabo de hablar con mi novia, Romy, ella y su familia están bien, tienen víveres como para una semana, eso siempre admiré de ella, siempre preparada para todo.

Voy a salir a ver si puedo conseguir las sogas y materiales para tapar las entradas en caso tenga que hacerlo, espero aún valga el dinero lo mismo que antes. Sé que solo ha pasado un día desde el anuncio pero ayer fue un día de locos, tiendas de todo tipo fueron asaltadas, vimos una que solo venden electrodomésticos quedar casi vacía después del saqueo, no sé si sea buena idea robarse una lavadora o gigantescos equipos de sonido. Tuve suerte en escapar del plaza vea sin que me quiten las cosas o el dinero, esas turba se veía con mucha adrenalina. Tengo un plan para resistir a lo que venga, o al menos creo tenerlo. Me digo yo mismo: “Vamos con todo, ayer pasé por una prueba en el supermercado, no volveré a dudar”. Mientras me alisto trato de escuchar si hay sirenas de policías que indiquen más saqueadores. La radio dice que hoy saldrá el ejército a redoblar el patrullaje de calles, no quieren que haya otro día como el de ayer, el presidente pudo haber tenido todas las buenas intenciones al no querer generar más alarma, al priorizar solo cuidar las fronteras y aeropuertos, no se dieron cuenta que también el interior del país se puede tornar peligroso. Ya estoy listo para salir, voy a echar un vistazo de cómo está la situación en mi barrio, debería ir armado quizá, pensándolo bien no tengo más que cuchillos de cocina, debería conseguir herramientas, alguna hacha u machete, un cuchillo con los que me amenazaron ayer no me vendría mal, o un arma sería estupendo. Estoy por abrir la puerta de metal y cristales de mi salida cuando veo varias sombras afuera de mi casa moviéndose, ¿serán saqueadores, gente perdida, o quizá la muerte andante?, maldición voy a ver por la ventana de mi segundo piso que demonios pasa, no tengo que cometer el error de ser simple espectador de la situación, necesito una cámara de vigilancia, y colocarla bien camuflada también. Escuché la voz de un vecino, es el presidente de la asociación residencial donde vivo, están convocando a una reunión para la seguridad, con gusto salgo para eso, tenemos muchas cosas que discutir si queremos estar seguros contra los saqueadores. Mirando desde mi ventana veo 8 vecinos entre hombres y mujeres, entre ellos Clara la chica del supermercado que dejé cuando robé el camión, es cierto, debería tener cuidado al pensar que decir sobre el camión y las compras de ayer. Porque yo también fui un saqueador, así trate de explicar lo contrario habrá alguien que me vea como saqueador y más de uno hablará a mis espaldas sobre tener un ojo encima mío. Debo pensar rápidamente que decir o callar, sobre todo porque esta Clara entre ellos, seguro su familia debe saber también, y las cámaras de seguridad del supermercado me debieron haber filmado robando el camión para huir de la turba, ¿Qué hacer? ¿Qué pensar? ¿Qué decir? ¿Qué callar? No es que sea paranoico pero debo ser precavido de ahora en adelante. Voy a tratar de acercarme a Clara y preguntarle si contó algo de lo que nos pasó ayer. Salgo y saludo a todos:

-          “Vecinos, buenas tardes”, el presidente de la residencia respondió a mi saludo: “Vecino, buenas tardes, ¿están tus tías? Estamos haciendo una reunión para la seguridad de la asociación residencial”

Les conté del viaje de mis tías y dije que encantado en estar en la reunión y disimuladamente me acerco a Clara, ella me saluda y le pregunto en voz baja si les contó sobre lo que pasó ayer, ella dice que también está preocupada por ello, porque el gobierno quiere capturar a los saqueadores para recuperar el control de la situación. Le digo que debemos ser precavidos al hablar, ayer vieron el camión llegar y quienes lo manejaban, le digo que si preguntan, pues es de un amigo mío y que pronto vendrá a recogerlo.

En eso nos una voz pide reunirnos con la mayoría de los vecinos en torno a la loza deportiva dentro de la asociación residencial y el presidente toma la palabra:

-          “Vecinos, estamos muy preocupados por nuestra seguridad y la de nuestros hijos, tenemos que hacer algo contra los saqueadores, anoche mi familia y yo casi no hemos dormido escuchando por la radio como grupo de delincuentes ingresaban a las casas y se llevaban las cosas de valor, el vecino Torres ha visto gente de mal vivir reuniéndose alrededor del barrio”

-           “Hay que enrejar las entradas, que sólo ingrese gente decente a la residencial” Otro vecino interviene, “Si, hay que enrejar” dicen otros.

-          “Vamos a enrejar entonces, sólo entraremos los que vivamos aquí o amigos, hay que salvaguardar nuestras familias y pertenencias” Dice enérgicamente el presidente de la asociación.

 Son alrededor de 50 casas que comprende esta asociación y estamos la mayoría de vecinos aquí, hay de todo, madres, padres, solteros, hijos mayores y menores. Me parece buena la idea, sólo espero que me den una llave para poder sacar el camión en caso necesite. Por suerte el vecino donde guardé el camión esta fuera de la ciudad desde la mañana, me comentó que iría a un sitio más seguro y con menos población. Desde entonces me he quedado pensando en esa idea, en el Perú tenemos muchas zonas donde cultivar alimentos y con defensas naturales contra ataques de zombies en caso sea necesario. Pero un grito de uno de los vecinos me saca de esos pensamientos.

-          “Han encontrado al primer contagiado, lo están pasando en la radio” gritaba aquella vecina. Para después todos escuchar en su radio portátil Radio Exitosa Noticias que autoridades tratan de ocultarlo pero ha sido visto y hasta fotografiado andando sin rumbo por las playas del callao. Pobladores de la zona, alertaron a las autoridades que acordonaron la zona y se llevaron al infectado que según las descripción era una persona de origen Asiático de aproximadamente 1 metro setenta de estatura y complexión delgada. Vestía uniforme de una marina mercante. Los que logren identificar al sujeto por favor comuníquense con las autoridades. La zona está siendo puesta en cuarentena según las autoridades médico-militar.”

Al oír esto los vecinos comenzaron a mostrar su preocupación y no es para menos, deberíamos guardar la calma pero escuchar la confirmación de lo que hasta ahora ha sido el más importante acontecimiento del que soy testigo es para temer. Un vecino desde el fondo está hablando sobre lo que ocurre en otros países, dice que hay toques de queda, voluntarios para patrullaje, salida del ejército a las calles y muchos contagiados, dice que en Europa es peor, que hay ciudades donde los contagiados se cuentan por miles. ¡¡Diablos!! Creo que tenemos de que preocuparnos más que de los saqueos. Tengo que volar por provisiones, cómo puedo estar perdiendo el tiempo pensando cuando debo de actuar, quizá en el barrio nos podríamos organizar y cerrar bien los accesos a la residencial. Ese “quizá” puede ser mi final, vamos a poner la reja y conseguirme una llave para el camión en caso sea necesario escapar y luego veré lo de asegurar mi casa. Estamos disponiendo de unos trecientos nuevo soles, menos de cien dólares por cada familia para mandar a instalar las rejas por el cerrajero de la cuadra, vamos a hacerlo hoy y ahora.


Toda la mañana estuve ayudando a instalar las rejas en cada entradas de la residencial, obtuve mi llave en premio, no todos obtuvimos una copia, sólo 5 tenemos un juego. Seremos los encargados de abrir y cerrar las rejas para los vecinos y sus vehículos, eso incluye mi pequeño camión, sólo espero nadie me acuse de saquear un supermercado. He sabido que el saqueo al plaza vea fue controlado minutos después que salí, pero hubo heridos y gran parte de los pasillos de alimentos de la tienda quedaron vacíos, al igual que el de los electrodomésticos. Sigo pensando que hará la gente con un televisor extra cuando no tenga que comer y una lata de atún enlatado valga más que un televisor. Tengo todos mis víveres bien ordenados, bien escondidos y seguros, tengo hartos enlatados pero sería bueno ir por más luego de comprar mis maderas y herramientas. Estoy más tranquilo y listo para ir a la ferretería, también tuve comunicación con mis tías, las que se fueron a la selva, también están al tanto de las noticias, dice que todos los viajes turísticos se han cancelado, hay más cosas que preocuparse que por conocer un lugar nuevo por ahora. Estoy haciendo una lista que necesito, entre ellos una pistola, eso será lo más difícil de conseguir, pero sé que hay mercados negros donde las venden. Mientras camino hacia la ferretería voy pensando ¿cuánto tiempo podré resistir en mi casa yo solo?, quizá tenga que llevarme a mi novia y su familia. Mi casa parece más segura ahora que tenemos rejas. Pero ¿cuánto podré sobrevivir con todos ellos y cuánto con ella sola? ¿Cuánto tiempo me alcanzará la comida? ¿Nos vendrán a salvar las autoridades? ¿Será seguro albergar masas de gente en un lugar cerrado? Vamos a ver cómo siguen los acontecimientos para tomar una decisión. Me estoy adelantando mucho a los hechos, pero en las películas y juegos siempre es así. Acabo de llegar a la ya mencionada antes calle de las ferreterías, pero todos están atendiendo a puerta cerrada, por miedo a los saqueos seguramente. Espero mi dinero valga igual, porque la dueña de la bodega de la esquina me cobró el doble por una galleta, que sólo compré para averiguar cuánto cuestan las cosas y cuánto costarán desde ahora. Imagino que al igual que yo, mucha gente ya no va a su centro de trabajo por miedo de toparse con un delincuente o caminante. A este ritmo pronto van a escasear las cosas, porque ya no habrá gente que produzca ni lleve las cosas a nuestras mesas por el miedo a la gente que saquea camiones. No ha pasado ni 24 horas del anuncio y ya una mísera y simple galleta vale el doble.

El de la ferretería me va a vender por un precio más alto las herramientas y tablas de madera que ando buscando, me ha recomendado redoblar la seguridad de mi casa, que por un precio justo él y su trabajador puede hacerlo, agradecido me fui pensando a mi casa que quizá el cerrajero de mi barrio pueda hacer unos trabajos en mis puertas y ventanas, iré antes que a alguien más se le ocurra. También tendré que ir al banco a retirar mis ahorros y comprar todo lo que pueda ahora que aún vale algo el dinero. Es hora de ocuparme de mis propios asuntos y asegurar mi tranquilidad lo máximo posible. Tener unas cuantas plantitas de las que alimentarme, he oído que sembrar tomates y zanahorias no es tan difícil, podría hacerlo con un buen libro en mano de horticultura, ni bien me ocupe de mis compras ahora veré eso. Mientras guardo mis materiales y voy a hablar con el cerrajero prendo mi radio del celular. Estoy escuchando noticias sobre nuevos avistamientos de contagiados y al ejército hacerse cargo de ellos, creo que tener un poco de entrenamiento para estar siempre en forma me vendría bien, desde mañana empiezo con eso. En la radio también nos cuentan las dificultades de la policía y el ejército para estar en todos lados, hay muchas alertas de contagio y no todas son ciertas, algunas son solo gente con un resfriado que parece zombie. También dicen que la gente escucha ruidos de helicópteros donde se ha visto un infectado próximo a ser llevado a cuarentena. Parece que deben saber algo sobre una cura o quieren estudiar a tantos contagiados, tal vez simplemente acaban con ellos lejos del público para evitar causar más alarma. Aún nadie ha reportado ataques directos de zombies en Perú, canales españoles dicen que comen todo tipo de ser vivo, pero prefieren la carne de los humanos, no se sabe porque, pero ignoran a los animales si hay humanos cerca.

Hablando con el cerrajero me comenta que soy la segunda persona en pedirle que realice el trabajo de asegurar sus casas, el papá de Clara también lo hizo. Es lista esa chica, espero ella sus padres y su pequeño hijo estén bien. Tendré que esperar hasta la tarde para que haga el trabajo, no hay problema le digo, así me da tiempo para tratar de conseguir más víveres. Antes tendré que jugármela y pasar por un cajero, dentro del centro bancario cerca a mi casa hay muchos, puedo evadir malhechores ahí. Cómo me gustaría haber juntado para un auto, una moto o al menos una bici, me arrepiento ahora no haberlo hecho, tengo que caminar varias cuadras, cada paso me siento como la presa de cazadores. Mientras camino veo negocios a medio abrir o totalmente cerrados, debe ser el miedo y la incertidumbre de los saqueos y los muertos andantes. Un tipo me preguntó la hora, quizá sea un ladrón que quiere que me distraiga para ver lo que llevo, le dije una hora aproximada y se fue mirándome de pies a cabeza. Debo tener cuidado, las buenas personas y malas tienen miedo ahora.

Llegué al centro bancario, pero esta abarrotado de gente, hay colas para retirar el dinero de los cajeros, quizá otros también piensan como yo, que este lugar es más seguro que un cajero callejero. Al fin logro avanzar en la cola un poco, espero regresar a mi casa para prepararme algo de comer, muero de hambre. Tengo que estar preparado para lo que sea y con el estómago lleno, no quiero debilitarme. De entre la cola uno de ellos dice que en la TV están pasando el primer ataque a personas por infectados. Una persona grabó desde su ventana el ataque en los barracones del callao. Al escuchar esto algunos se salieron de la cola y se fueron. Otra vez estoy a prueba, no debo ponerme nervioso y cumplir mi plan como lo esperaba. Escuchando la radio de mi celular me entero que la víctima del ataque falleció producto de tantas mordidas, también dicen en la radio que hay ciudades en China tomadas por la muerte andante, que otras ciudades en el mundo siguen sus pasos y están cayendo, parece que Lima también caerá pronto porque hubo otro ataque repelido por los policías en pleno aeropuerto, también fue llevado a cuarentena, pero cuántos ataques más podremos soportar, la gente contagiada está bien escondida, esperando que un milagro los cure. No quieren morir y no hay cura ni tratamiento aún. Escucho reclamos de gente en la cola para retirar dinero del cajero de otro banco, dicen que se acabó el dinero y no hay quién coloque más. Seguramente terminarán dándose cuenta que en los cajeros ambulantes aún hay dinero y se irán presurosos a retirar dinero. Por suerte yo ya estoy a punto de retirar dinero y parece que si alcanzo.

Tuve suerte por poder retirar todos mis ahorros y dinero de las tarjetas de crédito, ahora vamos sigiloso por más provisiones, hay un supermercado metro cerca. Iré caminando sin problemas, esta zona está bien resguardada. Hay policías resguardando el centro bancario y sus alrededores. Espero poder comprar lo que me haga falta. Al llegar al supermercado veo que están vacíos los aparadores, deben haberse llevado todo ya. Le pregunto al personal de atención qué pasó y me dice:

-          “Buen día caballero, estamos atendiendo normalmente por órdenes del gobierno, pero no podemos abastecernos normalmente, en breve recibiremos más productos y podremos reponer nuestros productos”.

A mí esto me huele a cuento, me parece que están escondiendo los productos para especular con los precios, seguramente dirán la crisis es la culpable. Debería ir a una fábrica de enlatados antes que a alguien se le ocurra. Voy a llevarme todo lo que pueda de aquí. Voy recorriendo los pasillos y veo cada uno más vacío que el anterior. Veo que nadie ha pensado en llevarse comida para mascotas pensando en ellos mismos. Tampoco hubo predilección por los artículos de belleza, veo muchos cosméticos. La zona de comida pre-cocida sigue intacta, vamos tras ello entonces, llenaré mi carrito con todas las cajas de pastas, sopas instantáneas y comidas deshidratadas que puedan caben en el carrito. Estoy llevándome algunos paquetes de hojas y tinta para mi impresora, uno nunca sabe cuándo tiene que imprimir algo. Veo también todo tipo de envases y artículos para cocina intactos. La zona de los juguetes que tanto me gustaba de niño, está como si no hubiese más niños en la ciudad, Voy a ver que me llevo para alegrarme en tiempos difíciles. Cuando estoy por pagar por las provisiones escucho un anuncio por el altoparlante de un trabajador del supermercado indicanco que en unos minutos el presidente dará otro mensaje de urgencia. Rápidamente salgo y tomo uno de los pocos taxis propios del supermercado que quedan, parece seguro pero asaltan con sus precios. Por un tramo de pocas cuadras me quieren cobrar el triple de antes, no me queda más que regatear y aceptar el acuerdo. Camino a casa veo los cajeros ambulantes llenos de gente. Debo hacerme con un mapa de calles de Lima y veo que el taxista tiene uno que el supermercado le proporciona. Voy a ofrecerle un trato a cambio.

Acabo de llegar a casa, sano y salvo por suerte. Tengo la llave de la reja y entré sin problemas y sin ser visto. Parece que todos están a la espera del mensaje presidencial, El chofer me dijo que los mapas no estaban en venta, los necesitará. Pero me recordó que las guías telefónicas tienen uno más completo en la parte posterior. También pude llevarme un par de bidones de 20 litros de agua mineral y un balón de gas doméstico de camino. Valió la pena hacer todo el recorrido hoy, estoy mejor abastecido y podré aguantar más tiempo si raciono bien mis comidas. Pero ya es tiempo de saber que trama el gobierno, debo escuchar el mensaje presidencial ahora.

-          “Pueblo peruano, me dirijo a ustedes para darles tranquilidad. Todo irá bien, juntos vamos a organizarnos para salir adelante, estado, pueblo y ejército. Por favor les pido que mantengan la calma y acaten las siguientes disposiciones:”

o   No salir de su casa a partir de las 5 pm. Se declara un toque de queda desde hoy, cualquier persona después de las 6 pm desplazándose será detenida.

o   Los agentes médico-militares tienen autoridad para revisar ambulatoriamente el estado de salud de cualquier individuo, sin restricción de edad, sexo o nacionalidad. De ser encontrado indicios de contagio serán trasladados a cuarentena.

o   Los centros laborales deberán reducir obligatoriamente sus horarios de trabajo hasta las 4 pm. El incumplimiento será sancionado inmediatamente.

o   El transporte público será garantizado por buses del ejército y la policía, la tarifa será 1 nuevo sol a cualquier destino.

o   Estamos implementando el dictado de clases vía TV para el sector público con nuestros mejores profesores a la cabeza, no vamos a permitir que se ponga en peligro la seguridad ni la educación de nuestros hijos.


1 comentario:

  1. Estimado Vlad felicidades por tu genial relato en estos días voy a sumar un relato similar en mi blog, lógicamente me gustaría sumarme a tu proyecto desde Bolivia te envió un cordial saludo

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